Se dio a conocer que los empleados, contratistas y agencias del gobierno de EE. UU., tendrían que deshacerse de la mayor parte de su tecnología Huawei y ZTE. Por su parte, el Presidente ha promulgado la Ley de Autorización de Defensa y parte de ella es la prohibición de los dispositivos y equipos utilizados para enrutar o ver los datos de los usuarios elaborados por las dos compañías y algunos otros fabricantes chinos.
Por ahora, los contratistas del gobierno todavía pueden usar componentes que no manejan los datos del usuario de ninguna manera. Pero dado que todavía tienen que deshacerse de las piezas y dispositivos existentes que sí lo hacen, la ley incluye una directiva para que las agencias den prioridad al financiamiento de las empresas que tienen que reemplazar sus equipos.
Aunque las dos compañías podrían perder clientes debido a la nueva ley, podría haber sido mucho peor para ZTE. De esta manera, el Senado ya votó para restablecer una prohibición que continuaría impidiendo que ZTE trabaje con fabricantes estadounidenses. Esto pudo haber sido una sentencia de muerte para la compañía, debido que depende de los fabricantes de chips de los Estados Unidos para las piezas. Sin embargo, la Cámara de Representantes aprobó una versión de la Ley de Autorización de Defensa sin el lenguaje que restablece esas sanciones. Las dos cámaras trabajaron en un compromiso luego de que el Senado renunciara a intentar restaurar la prohibición, y esta medida es lo que se propusieron.
Finalmente, el gobierno de EE. UU. considera a Huawei y ZTE amenazas de seguridad y los ha visto como tales durante mucho tiempo. Es cierto que en 2012, el Congreso publicó los resultados de una investigación de 11 meses en la que los investigadores observaron cómo las compañías no explicaron sus vínculos con el gobierno chino. Por otro lado, a principios de este año, según informes oficiales, el Pentágono prohibió los teléfonos de las compañías a los minoristas de la base militar, citando preocupaciones de seguridad. Y recientemente, el Comité Nacional Demócrata aconsejó a los candidatos que se postularán en noviembre no permitir que su personal utilice dispositivos de ninguna de las compañías, especialmente después de lo que sucedió durante las elecciones presidenciales de 2016.